¿Un aspirante a futuro músico

necesita tener marca personal?

 

Ahora que está tan de moda la necesidad de crear y tener marca personal, si quisiera ser músico me pregunto, ¿necesito crear mi propia marca personal cuanto antes? Pues no es de obligado cumplimiento ni de inmediatez, pero diferenciarte de los demás siempre será positivo desde un buen principio y será de gran ayuda más adelante en tu futura actividad profesional. Una marca no es más que una identidad, es lo que perciben los demás de ti. La puedes crear de forma voluntaria y planificada mediante diferentes acciones y técnicas o de forma involuntaria, sólo siendo tu mismo, por medio de la calidad de tu trabajo o de tu exclusividad o de tu originalidad. Al final viene a ser un compendio de las dos formas.

En el caso del futuro músico, como gran parte de su trabajo toca a las emociones, éstas son la forma más directa de dejar marca, dejar huella, ser diferente y ser auténtico. Será muy importante la música que interprete, como lo hace, cómo la presenta y como se presenta él mismo en el escenario. No estoy hablando de promoción sino de un proceso que requiere conocerse a uno mismo, saber quién eres y o pretende ser, a qué quiere aspirar a ser y saber muy bien qué quiere transmitir con su música.

En los concursos de música, y concretament el Concurs Instrumental Sant Anastasi, he sido testigo de que ya se aprecian proyectos emergentes de marca personal en ciertos participantes. La manera de aparecer al escenario, su forma de saludar al público, su estética en el vestir, la manera de llevar el instrumento hasta su posición, la forma de prepararse y relajarse antes de tocar, la gestualidad a la hora de interpretar, la seguridad para transmitir y tocar fibra en las emociones del jurado y del público asistente, el tocar de memoria o con partitura y finalmente las maneras educadas de despedirse. Aparte de la música, por supuesto, cada pequeño detalle cuenta y suma para un veredicto favorable, incluso para intérpretes muy jóvenes.

La música, hay que vivirla y sentirla. Y al participar en concursos de música, se ganan tablas, se controla el miedo escénico, y se crece en experiencia. Que suene la música, entonces.

Pere Schell
Disseñador y Comunicador en Schell / Disseny Integral y LleidaCreativity

Fotografía: BIGSTOCKPHOTO